El 15 de noviembre muchos vecinos de Sant Cugat vieron como por fin, la justicia se ponía de su lado y les daba la razón. El juez del Contencioso Administrativo número 2 de Barcelona dictaba sentencia y obligaba a la Sra Conesa a retirar la “estelada” de la Plaça Lluis Millet para preservar la neutralidad de los espacios públicos.
El 16 de noviembre nos despertábamos con la senyera, la bandera de todos los catalanes. Pero la alegría no duró mucho. La alcaldesa decidió, una vez más, saltarse la justicia a la torera y colocar la bandera en la Plaça Octavià.
Todos estos vaivenes con la justicia no hacen más que inflar la partida jurídica del ayuntamiento, ya hinchada de por sí, en vez de gastar el dinero de todos los contribuyentes en mejorar el bienestar de todos, y no sólo de algunos.
Desde nuestro grupo municipal le pedimos a la Sra Conesa que deje de hacer trampas al solitario y pare de malgastar el dinero del erario público en una decisión que es inevitable e inamovible.
Artículo de opinión publicado en la revista municipal del Ayuntamiento de Sant Cugat en diciembre del 2016
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