La política tiene básicamente dos funciones: una es resolver los problemas cotidianos de los ciudadanos de forma eficiente. La segunda, que resulta mucho más ambiciosa y que es el motivo de este artículo, es la de transformar la sociedad. Es la política con mayúsculas, la que pocas veces se ha dado en la historia. Es anticiparse a los problemas que se nos presentarán en unos pocos años y ser capaces de ponerles remedio hoy.
El problema del deterioro del medio ambiente que ya sufrimos, pero que arreciará en el futuro, debe ser abordado desde ya con valentía y altura de miras, y en él estamos implicados todos los ciudadanos sin que nadie pueda mirar hacia otro lado. Es la revolución francesa de nuestra generación. Nuestra particular batalla de las Termópilas. Porque en este caso, como dice un norteamericano llamado Harvey Cox “no decidir es decidir”.
Ha explicado muy recientemente el meteorólogo Francesc Mauri que el clima en Sant Cugat era bastante más frío y lluvioso hace cincuenta años. Actualmente, sin embargo, padecemos un clima bastante más caluroso y seco con derivadas todas ellas negativas: precipitaciones intensas en unos pocos días, desertización, riesgo prácticamente perenne de incendios, y en definitiva la desaparición de la flora y fauna autóctonas, etc. A la postre un legado francamente macabro para nuestros hijos.
Desde el ámbito municipal debemos ser proactivos y hacer política con mayúsculas en este campo. No solamente tenemos que detener la tendencia climatológica de los últimos años; tenemos que proponernos revertirla o minimizarla al máximo. Y además debemos tener prisa en hacerlo. Sólo lo conseguiremos incentivando las buenas prácticas y penalizando las que resultan tremendamente nocivas. El palo y la zanahoria en su mejor versión, si me lo permiten.
Desde Ciutadans vamos a proponer al equipo de gobierno una Ordenanza de Vehículos mucho más ambiciosa de la que actualmente tenemos: llevar a su límite las bonificaciones para que el pago por el IVTM (Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica) sea prácticamente cero en los vehículos eléctricos o híbridos. Aumentar del 25% al 35% la bonificación de los vehículos gasolina o diésel menos contaminantes, lo que de paso debe ayudar a la necesaria modernización del parque automovilístico. De igual manera, que les resulte menos onerosa esta tasa a aquellos ciudadanos que utilicen ciclomotores o motocicletas de hasta 125CC. Entiéndase que siempre resultará menos contaminante utilizar un ciclomotor que un turismo. Y si de paso puede ser una bicicleta mejor que mejor.
Junto a esta Ordenanza, mucho más ambiciosa, promoveremos en los Presupuestos Municipales de 2017 una batería de medidas que vayan exactamente en la misma dirección: disfrutar de una mejora en la calidad del aire que respiramos, reducir de forma muy significativa las emisiones de CO2 para combatir el cambio climático, apostar por mayores cuotas de reciclaje, etc.
Si todos los ciudadanos de este país tomamos conciencia de que nuestras decisiones personales son las que deciden nuestro futuro en materia ambiental, seguro que ganaremos esta batalla. Y las administraciones deben ir un paso por delante abriendo camino.
Además, desde el punto de vista económico, la revolución verde lejos de ser una amenaza es sin duda una magnífica oportunidad.
Sergio Blázquez (@SergioBlazquezA), és regidor de Ciutadans a Sant Cugat i coordinador de l’agrupació