El rodillo nacionalista convergente metió a la ciudad de Sant Cugat del Vallés en 2012 en la Asociación de Municipios por la Independencia.
Desde entonces, todos los años, unos 8000 euros de dinero público se han ido desde las arcas municipales hacia ese chiringuito nacionalista que es la AMI. No otorga servicios a los ciudadanos, no aporta nada al interés general, no produce nada tangible o distribuye algo entre los individuos de la sociedad. Solo se lleva nuestro dinero. Única y exclusivamente.
Y ello a pesar de que el pago de la cuota por parte de nuestro Ayuntamiento es ilegal. Como tantas cosas que nos toca vivir en Cataluña, donde parece que la ley solo la tienen que cumplir los operarios que pagan escrupulosamente su IRPF, los autónomos que pagan su cuota mensual o cualquier hijo de vecino que respeta las señales de stop y ceda al paso. Pero los políticos del bloque nacionalista, no. Ellos parece que pueden hacer lo que quieran.
La semana pasada desde Cs Sant Cugat tuvimos conocimiento de que la Subdelegación del Gobierno en Barcelona había interpuesto una demanda en el orden correspondiente para que el Ayuntamiento de la ciudad saliera de la AMI. Nos hemos enterado con casi seis años de retraso y porque, hasta donde se ha llegado, ya era imposible que no trascendiera.
Cuando el Juzgado Número 13 de lo contencioso de Barcelona dictara sentencia en 2015 confirmando que esta ciudad no puede pertenecer de la AMI, el Ayuntamiento recurrió al Tribunal Superior de Justicia donde, de igual manera, se dictaminó que debía abandonar la asociación. ¿Y qué hizo el empecinado consistorio? Elevarlo al Tribunal Supremo donde ni siquiera fue admitido el recurso de casación.
Y todo este camino ha sido de espaldas a quienes formamos parte del Ayuntamiento, ya que, aun con el derecho a la información que tenemos, nadie desde 2015 nos ha informado de nada. Estos datos no han existido hasta que el Tribunal Supremo ha determinado que se ponga en conocimiento de la AMI lo que hay; que se acabó.
Es entonces cuando lo hemos visto entre el papeleo ingente, como un dato más entre los miles que manejamos. No hay problema, para eso está Cs.
Pero no hay duda de que esto marca un antes y un después respecto al nuevo equipo de gobierno, ese tripartito de la sectaria y nacionalista izquierda con el PSC en el centro de esa tarta, como guinda del pastel. Vergonzoso papel de un partido alejado de la Constitución y enamorado de la sedición.
Un gobierno que presume de transparencia y que oculta información como esta no es un gobierno digno para los ciudadanos de Sant Cugat. También a la antigua Convergencia les podemos decir: lo único transparente de su gestión al frente del ayuntamiento, que debería ser de todos, ha sido el edificio de la fachada de los mil cristales donde cuelga una pancarta que homenajea a los golpistas.
Pero como podemos ver, todo llega.
Munia Fernández-Jordán (@muniafj), es concejal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Sant Cugat