Quisiera aprovechar la oportunidad que me brinda esta columna para agradecer el apoyo masivo que nuestra formación obtuvo en los recientes comicios, celebrados el día 21 de diciembre, en nuestra ciudad. Prácticamente 12.000 votos.
En un feudo tradicional del nacionalismo, el hecho de que Ciutadans haya sido la segunda fuerza más votada en Sant Cugat, venciendo en alguno de sus distritos en términos absolutos, debería llevar a reflexión a aquellas fuerzas políticas que en los últimos años se han arrogado el término ‘Poble de Catalunya’ de forma despótica y excluyente. A modo de ejemplo ERC ha contabilizado un millar de votos menos que nosotros.
Ciutadans, nuestro partido político, ha vencido en Catalunya tanto en escaños como en votos. Pero si alguna lección deberíamos extraer todas las formaciones que concurríamos a estas elecciones es que el pueblo de Catalunya no es monocolor, sino diverso y plural. Que nadie es más que nadie y que todos los ciudadanos somos igual de depositarios de lo que encarna Catalunya.
A partir de aquí son obligadas algunas reflexiones de cara a este próximo año 2018 y bien podemos formularlas a modo de preguntas ¿Estamos hoy como sociedad más o menos divididos que hace unos años? ¿Puede una sociedad avanzar y construirse desde la fractura social? ¿Cómo podemos volver a la senda de un crecimiento económico sostenido en el tiempo que nos asegure, a todos, calidad de vida y recursos para políticas sociales? Ahí dejo esas cuestiones, cuyas respuestas creo que son tremendamente esclarecedoras.
Desde el punto de vista estrictamente municipal creo que el principal reto para el año que viene es que el ayuntamiento se preocupe por asumir sus competencias y responsabilidades. Por desgracia el gobierno de la señora Conesa ha hecho dejadez de funciones y ha malgastado sus energías en utilizar a la institución como elemento de propaganda autonómica al servicio del llamado ‘procés’. El coste de oportunidad es evidente: problemas de índole local que no se solucionan o a los que no se ha dado ningún tipo de respuesta.
A modo de ejemplo Sant Cugat sigue teniendo un extraordinario déficit de infraestructuras en algunos de sus distritos, tema que se ha enquistado en los últimos años: Can Barata, Les Planes o La Floresta dan prueba de ello; la política de vivienda municipal del PDeCAT brilla por su ausencia con consecuencias dramáticas: la ciudad sigue expulsando población y no se da ningún tipo de respuesta ante la burbuja inmobiliaria que afecta especialmente al mercado del alquiler.
Equipamientos que deberían haberse inaugurado hace ya tiempo y que el municipio necesita llevan un retraso considerable o es posible que ni tan siquiera se lleven a cabo: cobertura de la piscina del Parc Central, Sala Polivalente, proyecto de La Unió, Complejo Deportivo de Mira-sol, y un largo, larguísimo etcétera.
Pero para ello, evidentemente, se necesita a un equipo de gobierno que tenga la mente puesta ‘full time‘ en Sant Cugat. Hasta ahora no hemos tenido sino a ‘apoderados del procés’ para los que la ciudad y los problemas reales de sus ciudadanos han quedado relegados a un segundo plano.
Sergio Blázquez (@SergioBlazquezA) és regidor del Grup Municipal de C’s a Sant Cugat