En la vida hay situaciones o circunstancias que desafían la lógica convencional. Una de ellas puede ser el que en alta mar la navegación más corta entre dos puntos, supongamos la ruta Nueva York – Lisboa, no se haga a través de una línea recta, sino a través de una ruta circular, algo que para los entendidos (no es mi caso), se conoce como navegación ortodrómica, y que es algo que, por suerte, no sucede en tierra firme.
Este ejemplo, reconozco que algo rebuscado, me viene como anillo al dedo para ilustrar la mayoría absoluta de la sociovergencia, que, en el Pleno de nuestro ayuntamiento, suma doce regidores de un total de veinticinco. Lo que aparentemente sobre el papel sería una minoría, en realidad un 43% de los votos en las pasadas elecciones municipales, resulta una mayoría aplastante en la práctica ¡Ya decían Parménides y Platón que los sentidos nos engañan!
Si intentamos resolver el galimatías de por qué la oposición, contando con 13 regidores, es incapaz de sacar adelante mociones de interés para la ciudad que no necesariamente tengan el respaldo del equipo de gobierno nos encontraremos con dos motivos principales.
El primero es muy obvio. Dentro de la oposición conviven formaciones con visiones muy distintas. Nacionalistas y no nacionalistas. Partidos de izquierdas, de centro, y de derechas.
El segundo motivo es el más preocupante y es el papel que puedan representar dos actores capaces de decantar la balanza. Uno de ellos es el regidor no adscrito, y el otro el Partido Popular. Votos decisivos, y por lo tanto debe entenderse que codiciados.
Sirva como ejemplo el que este pasado lunes, en el último Pleno del ayuntamiento, se perdieron por los pelos dos mociones que la oposición de alguna manera había consensuado. Una de ellas hacía referencia a la concienciación sobre el autismo y los populares, “last minute”, cambiaron el sentido de su voto aceptando unas enmiendas del equipo de gobierno que cambiaban significativamente el espíritu original de la moción. Dicho sea de paso, sin que el portavoz del Partido Popular osase tomar ni tan siquiera la palabra para argumentar su voto y explicar su repentino cambio de parecer.
La otra moción que la oposición perdió por la mínima fue la que pretendía que el Departamento de Comunicación del ayuntamiento no solamente estuviera al servicio de la sociovergencia, sino que fuera altavoz, también, tanto en la web como en las redes sociales, de la labor que realiza toda la oposición, lo cual a todas luces parece justo, equitativo y razonable. Lamentablemente el voto contrario del regidor no adscrito tumbó esa posibilidad, siendo aceptada una moción alternativa que básicamente hablaba del papel que debe jugar EPEL Cugat.cat, y donde, paradójicamente el regidor no adscrito ni tan siquiera tiene representación.
¿Casualidades o causalidades? En todo caso, los dos protagonistas de la velada a los que he hecho referencia deberían reflexionar acerca de la necesidad vital de que en Sant Cugat exista una oposición real que pueda ser capaz de frenar el rodillo del gobierno en algunas ocasiones. Si no fuera así puede suceder que, al final, jueguen el rol de meros satélites, orbitando alrededor del mundillo convergente
Sergio Blázquez (@SergoioBlazquezA) és regidor del Grup Municipal de C’s a Sant Cugat