Los amigos están en las batallas, los buenos amigos en las derrotas.

Por eso, quiero agradecer a los más de 1.000 santcugatenses que, a pesar de la derrota, habéis confiado en un proyecto de ciudad acorde a vuestras inquietudes y no os habéis dejado arrastrar por la deriva electoral binaria derecha/izquierda, independentista/no independentista o la desidia del que prefiere quedarse en casa y pasarse los próximos 4 años protestando. Porque habéis votado por lo que queréis y no contra nada ni nadie.

Un recuerdo especial para aquellos más de 30 apoderados de CS que sufristeis la derrota en primera persona pero que nunca dejasteis de creer; afiliados curtidos en mil y una batallas, simpatizantes y personas que decidisteis apostar por un proyecto de ciudad que os representa.

Para vosotros mi absoluto respeto y cariño.

Al final, el gobierno saliente de las pancartas, reprimendas y renders sonrientes no ha sido capaz de reconducir la situación de degradación continua de la ciudad generada por un partido político que ha gobernado 32 años Sant Cugat (en sus diferentes versiones y colores) y que la ha llevado a esa extrema situación de decadencia desde una torre de marfil. Ahora, los votantes han decidido que sean esos mismos políticos los que nos saquen de los problemas que ellos mismos han generado en mandatos anteriores. Decía un famoso físico: el hombre es el único animal que busca resultados diferentes haciendo siempre lo mismo. Pues eso.

Para los que votan en clave nacional, tampoco ha ido mucho mejor: empate entre Pedro Sanchez y Alberto Núñez Feijoo y empate entre Santiago Abascal y Ione Belarra; ninguno de los 4 gobernará la ciudad y sus delegaciones locales (parece) condenados al banquillo.

Sant Cugat es ciertamente una ciudad de los contrastes dónde las niñas de bolso Louis Vuitton votan a los antisistema de iPhone, dónde importan más las mascotas que la cola de centenares de personas que cada día acuden a Cáritas o dónde los árboles (a 100 metros de tu casa) preocupan más que los niños que estudian en barracones.  O la inquietud por financiar entidades a centenares de kilómetros de Sant Cugat sobre las asociaciones de voluntarios locales que se pelean diariamente a pecho descubierto para hacer una ciudad mejor.

El greenwashing – o como esquilmar a las clases humildes con una sonrisa sostenible- es otro tema para el que me queda corto este artículo de opinión.

El nuevo gobierno no lo va a tener fácil, pero, por suerte para la ciudad, les va a tocar negociar presupuestos y ordenanzas con los otros partidos del consistorio, ¿o buscarán el rodillo con los “amigos” de ERC? En las próximas semanas lo veremos.

Para todos los que, alguna vez, nos disteis vuestro apoyo, mi más profundo agradecimiento, puesto que he podido disfrutar de mi aportación a la vida pública durante 8 años en una de las ciudades más bonitas de España y conocer a gente maravillosa. Sin duda.

¡Nos vemos por Sant Cugat!

 

Aldo Ciprian es portavoz de Ciutadans (CS) en Sant Cugat