Hay cosas en esta vida a las que no prestas la debida atención hasta que no te afectan de forma directa, y el tema de la Sanidad es uno de ellos. No deja de ser preocupante que a un tema de esta trascendencia se le dispense tan poca atención desde el ámbito político municipal. La comarca del Vallés Occidental, la nuestra, es una de las comarcas de Cataluña con menor cobertura de necesidades sanitarias. Desde que se produjera la expulsión del Hospital General de Cataluña y la Clínica del Vallés de la red pública en el año 2016 por el exconsejero Antoni Comín, nuestra comarca ha visto reducida considerablemente la oferta hospitalaria existente. Como referencia, ya en ese momento se realizaban unos 5.700 ingresos al año entre esos dos equipamientos.

La eliminación de la cartera de estos recursos públicos, sin la sustitución por otros, ha significado derivar las necesidades de asistencia básica al Parc Taulí en Sabadell o a la Mutua de Terrassa.

El Hospital del Parc Taulí de Sabadell es el hospital público catalán que asume una mayor proporción de población, dependiendo directamente de él más de 500.000 ciudadanos.

Resultado de esta situación es que, a enero de 2022, última fecha disponible en la web de CatSalut, había 15.510 ciudadanos en lista de espera, con esperas medias de 629 días para el urólogo o 331 días para el traumatólogo, por citar algunos ejemplos, y en el Hospital de Terrassa la situación es parecida.

El tamaño y crecimiento de nuestra ciudad ya pone de manifiesto la dimensión del problema. Sant Cugat se encuentra ya cerca de los 100.000 habitantes, 95.725 según cifras de 2022 del Idescat, y creciendo. Rubí en los 79.007 y con la misma dinámica, y en conjunto con un envejecimiento progresivo de la población que muestra claramente las dimensiones del problema y la tendencia de las necesidades de futuro.

Un problema que no es nuevo, y que pese a las promesas que se han ido haciendo por unos y otros, lo cierto es que no ha habido la suficiente inversión pública en nuestra comarca, y, en concreto, en el área delimitada por las poblaciones de Rubí, Castellbisbal, Sant Cugat, Cerdanyola, Montcada i Reixac y Badía del Vallés, que concentran 292.410 ciudadanos.

Este déficit estructural es el motivo del elevado retraso de las pruebas diagnósticas y de las intervenciones quirúrgicas graves, problema que genera a su vez el consiguiente retraso en las medidas terapéuticas correspondientes. A esto se suma el tener que padecer situaciones de saturación y el problema de tener que desplazarse decenas de kilómetros para acceder a la asistencia.

Un déficit que pone en riesgo y obliga reclamar constantemente prestaciones como que no se cierre en agosto el CAP de Valldoreix, el Consultorio de Les Planes y La Floresta y el poder disponer de manera ininterrumpida de urgencias pediátricas en uno de los municipios de Cataluña con una tasa de natalidad más altas.

¿Y qué se ha hecho para solventar este problema?, pues poca cosa aparte de promesas.

En el 2016, el pleno de Sant Cugat aprobó una moción instando al Departament de Salut a la construcción de un hospital de referencia de proximidad y donde se pedía también valorar nuevamente la iniciativa, presentada ya en el lejano 2010, de construir el Hospital Vicente Ferrer, con cobertura para Rubí, Sant Cugat y Castellbisbal.

Esa fue una iniciativa presentada por la exconsejera Geli, promesa que se suma al resto de promesas incumplidas, incluso pese a la recepción de cuantiosos fondos europeos que bien podrían dedicarse a este concepto.

También se anunció la construcción del Hospital Ernest Lluch, promesa esta vez de la exconsejera Alba Vergés que en diciembre de 2020 ya reconocía que se tenía que dar respuesta “a las necesidades actuales y futuras de envejecimiento de la población del territorio y acompañamiento a un número cada vez más creciente de enfermos crónicos”.

Al final, por tanto, una población de más de 300.000 personas sufrimos las consecuencias de una mala planificación sanitaria, con unos recursos claramente saturados como el propio departamento de Salut reconoce y que, a corto y medio plazo, no ofrece alternativas de mejora, ni asistencial ni de proximidad a las poblaciones afectadas.

Es por ello, que desde Sant Cugat, el grupo de Ciudadanos apoyamos la iniciativa de nuestro Grupo Parlamentario que presenta esta semana una propuesta de resolución en la Comisión de Salud del Parlament para reclamar una mejor cobertura sanitaria instando a:

  • Iniciar la construcción del Hospital Ernest Lluch antes de seis meses desde la fecha de aprobación de esta resolución, y su puesta en funcionamiento antes del 2024.
  • Aprobar e iniciar la construcción del Hospital Vicente Ferrer en Rubí antes de seis meses desde la fecha de aprobación de esta resolución.
  • Que, mientras no se incremente la oferta de atención hospitalaria, se negocie con las empresas propietarias del Hospital General de Catalunya y de la Clínica del Vallés un convenio transitorio que devuelva el servicio de atención sanitaria a la situación antes de la expulsión de la red pública del año 2016 y hasta que el servicio no quede cubierto con la construcción y puesta en servicio de los dos hospitales de referencia de proximidad de la comarca del Vallés Occidental, Ernest Lluch y Vicente Ferrer.

Esperemos que el resto de fuerzas políticas del Parlament apoyen esta propuesta, y que además se pase de las palabras a los hechos, porque lo importante ha de ser lo primero, y nada tenemos más importante que la salud.

José Miguel García (@DGarcia_MJ), es vocal de CS en la EMD de Valldoreix