Lo llaman posverdad, pero es la mentira de toda la vida. Es lo que hace cada día el PSC en Cataluña. Lo sabemos, lo vemos, lo publicamos y lo demostramos. Dicen que no apoyan al separatismo, pero no hacen otra cosa. 

Siguen una hoja de ruta en la que uno de los ejes principales es eliminar la lengua española hasta de la administración. Lo comprobé con mis propios ojos ante una moción que defendí en el pleno del Parlament de Cataluña: no fueron capaces de votar, en un debate de medidas para los municipios, para que se asegure el servicio de los empleados públicos a los ciudadanos en español…

Quieren imponer el catalán y excluir el castellano, porque saben que cuando a la gente le niegas la lengua de Cervantes la tienes a tu servicio, cogida por el cuello, de manera que al final solo si eres rico en Cataluña tus hijos dominarán la lengua de Lorca y de Virginia Woolf. Si no lo eres pertenecerás a grupo de los que van a otra velocidad, esos que jamás podrán estudiar en ninguna universidad de España que no esté en Cataluña. Y ahí tienes a la masa a tu servicio, porque ser libre de pensamiento con la maquinaria nacionalista de medios y educación en contra es tarea para titanes.

Desde que puse un pie en esta tierra y comprendí de qué iba la estrategia nacionalista mi compromiso con la Asamblea por una Escuela Bilingüe y con dar la batalla para que el PSC deje de tratarnos a los constitucionalistas como a imbéciles, es absoluto.

La gente tiene que saber que votarles en las próximas elecciones catalanas es menoscabar la igualdad de todos los españoles.

Quienes piensen que hay hecho diferencial y que los separatistas tienen la solución a una Cataluña en caída libre, que voten a Illa y celebren que Iceta se vaya al Ministerio de Administraciones Públicas. Puede que, desde allí y con Sánchez al mando, igual hasta Zamora se convertirá en un país.

Munia Fernández-Jordán (@muniafj), es concejal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Sant Cugat