Entiendo y me sumo al enfado generalizado que ha provocado la Anilla de Movilidad Verde recién creada por el actual equipo de gobierno. No es para menos y sobran los motivos para estar en contra de esta medida. Citaré tan solo tres de ellos. Existen muchos más, pero en este artículo no pretendo ser exhaustivo.
En primer lugar, implementar una medida de este calado es del todo erróneo si lo que se pretende es favorecer el comercio local. Precisamente este año estamos viviendo ya una crisis económica sin precedentes y están en juego muchos negocios y puestos de trabajo. Si a esto el equipo de gobierno le suma el poner trabas a que muchos ciudadanos de Sant Cugat se acerquen al centro a realizar sus compras nos vamos a encontrar con la paradoja de que el tripartito de izquierdas, al que se le ha llenado la boca acerca de la necesidad de apostar por el comercio local, sea el que finalmente le dé la puntilla.
Es decir, en términos económicos de ganadores y perdedores, este proyecto lo único que hace es favorecer a los centros comerciales o grandes superficies donde puedes estacionar gratuitamente el vehículo las horas que quieras y donde no tienes que sufrir ningún atasco para llegar hasta ellos si te desplazas en vehículo privado.
En segundo lugar, es del todo falso que el propósito real de la Anilla Verde sea una consecuencia de la “nueva normalidad” asociada al Covid19. Por su propia idiosincrasia como ciudad, es decir una ciudad bastante extensa y poco atomizada, el circuito que dibuja la susodicha Anilla transcurre por unas calles donde no se perciben especiales riesgos de aglomeraciones humanas. Es más, todos sabemos de calles ya peatonales del centro donde las masificaciones pueden ser mayores y sin embargo no se han tomado unas medidas tan drásticas y por desgracia tan dañinas. Por lo tanto, cabe suponer que el plan ya existía desde hacía tiempo y se ha aprovechado la coyuntura para ponerlo en marcha bajo el pretexto de garantizarle una mayor seguridad a los ciudadanos, lo cual, repito, es manifiestamente falso.
En tercer lugar, el tripartito ha demostrado gobernar con hechos consumados. ¿Dónde han quedado los consensos y la participación ciudadana? ¿Por qué no se ha contado con las asociaciones vecinales o representativas del comercio local? Lo cierto es que la Anilla de Movilidad se ha concebido, diseñado y ejecutado desde unos pocos despachos. Esa es la realidad. Por lo tanto, este tripartito podrá hacer toda la publicidad que quiera acerca de los procesos participativos y de como acercar la toma de decisiones a la ciudadanía, pero a la hora de la verdad ha quedado claro que tal propósito es un simple postureo.
Finalizando ya: entiendo, comprendo y me sumo al enfado generalizado. La nueva normalidad no incluía el que de un día para otro y sin contar con nadie nos cambiasen las calles y las reglas de juego argumentando un beneficio que en realidad es perjuicio. En definitiva, la nueva normalidad no debería incluir una tomadura de pelo.
Sergio Blázquez (@SergioBlazquezA) es regidor del Grupo Municipal de Cs en Sant Cugat