foto aldoAntes de iniciar mi artículo de opinión me gustaría disculparme de la terminología utilizada en el título pero es que fue una de las frases más utilizadas por nuestra presidenta de la Diputación y alcaldesa accidental de Sant Cugat para referirse al pacto de gobierno en el pasado pleno de enero.

En fin, serán los pactos incómodos o las sentencias contrarias que tienen a la señora Conesa tan agresiva y fuera de lugar. De lugar lo entiendo, tan lejos de la sede de la Diputación, pero de formas me parece un poco excesivo.

Menosprecio hacia los portavoces de la oposición, carta blanca para los insultos de otros representantes del consistorio hacia un público indefenso y lecciones de moralidad. Muchas lecciones de moralidad haciendo acopio absoluto de los tiempos de palabra de todos los grupos.

En la política municipal, como en cualquier otra política de rango superior, son importantes los números. Actualmente el consistorio cuenta con 25 concejalías distribuidas entre los diferentes grupos municipales: Convergència (11), CUP-PC (3), C’s (3), ERC-MES (3), ICV-EUiA (2), PSC (1), PPC (1) y 1 regidor no adscrito. Por eso fundamental que, para gobernar el municipio, es precisa una mayoría de 13 concejales con los que imponer la voluntad y tendencias de gobierno de cada grupo político: gestión de los presupuestos, imposición de tasas, recaudación impuestos municipales, subvenciones, contrataciones, adquisiciones, gestión de los terrenos municipales…

La alternativa a la mayoría es negociar, pactar, convencer a los grupos de la oposición sobre unas iniciativas transversales que beneficien a la ciudad y que requieran de una paciencia y diplomacia que, parece, Convergència ha dilapidado en año y medio de gobierno.

Es por eso que Convergència lleva buscando complicidades que avalen sus tesis de gobierno a cambio de una cuota ínfima de poder, un trozo de su pastel. Lo intentó primero con ERC-MES a principio de mandato y, tras varias negativas de los republicanos a incorporarse al gobierno (algo se deben oler), lanzó su propuesta hacia la parte más fácil de comprar. Lo que las urnas no les habían dado, lo compraban con el dinero público.

Por eso, desde el pasado pleno, tenemos una silla nueva de gobierno que ocupa el candidato electo del PSC, señor Pere Soler, con un cargo tan rocambolesco como el de teniente alcalde d’Ocupació i Polítiques Comarcals, cosa que en una ciudad como Sant Cugat del Vallès con una ratio de paro del 10,4% (la tercera más bajas de toda España) suena como al título de ‘Pastor de Nubes’ que se adjudicó el también socialista y expresidente del gobierno, el señor Zapatero. Supongo que, ahora sí, podrá compatibilizar el cargo y el doble sueldo que recibe de la AMB con sus apariciones fugaces por el ayuntamiento.

Algo parecido debió pensar el representante del PP de Sant Cugat y que cinco tenientes alcaldes para sustituir a la alcaldesa en sus continuas ausencias de su puesto de trabajo eran pocos, por lo que facilitó con su voto añadir un nuevo sueldo de teniente alcalde al cartapacio original (39.000 euros brutos con un teórico 75% de dedicación, hecho totalmente indemostrable). Nada ocurre por casualidad.

Al final 12 votos y una abstención y 12 votos en contra se cargaron de promocionar un nuevo salario desorbitado y un nuevo teniente alcalde a las arcas municipales. Mucho capitán y más, aún, marineros.

Parece que vamos a tener un año 2017 muy entretenido.

 

Aldo Ciprian (@a_ciprian) és Portaveu del Grup Municipal de C’s a Sant Cugat

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