Aunque ya tengo decidido mi voto para las próximas elecciones generales, he querido aceptar el reto de someterme a un cuestionario de internet, con más de veinte preguntas, para conocer qué opción electoral es más afín a mi forma de pensar. Estaba convencida de que no coincidiría el resultado con la opción política que, una vez más, voy a votar: Ciudadanos. Pero el resultado me ha sorprendido porque mi afinidad con este partido ha resultado ser de un 93%. Y en segundo lugar, para mi sorpresa, ha quedado el PSOE con un 89%…

Podría parecer que solo existe una diferencia de un 4%. Al fin y al cabo es lo que claramente constatan estas cifras. Pero es absolutamente incorrecto.

En realidad existe una diferencia abismal e insalvable porque, al igual que ha sucedido con el PP, ambos partidos han protagonizado numerosos casos de corrupción que han gestionado inadecuadamente, no han acertado en su forma de intentar solucionar el tema del separatismo catalán, han sido los actores de la politización de la Cajas de Ahorro, no han apostado por I+D, no quieren reducir el gasto público suprimiendo organismos inútiles…

Es el momento de cambiar un sistema caduco de forma sensata y progresiva con reformas institucionales serias. Pero la finalidad de este artículo no es realizar un riguroso análisis de las distintas opciones políticas que concurren a estas elecciones y mucho menos de sus programas. Tampoco creo que sea necesario explicar que Podemos, el otro partido denominado emergente, ya ha tenido la oportunidad de demostrar su nexo con posiciones radicales y su populismo trasnochado y oportunista.

Se ha dicho que Ciudadanos es un Podemos sin lo malo de Podemos. Constantemente se debate si es un partido de derechas o de izquierdas. Terminología que algunos consideran obsoleta y caduca. Se trata de aplicar un programa que sea razonable , de utilizar el sentido común y poner los pies en el suelo. Sin agresividad, de forma conciliadora , equilibrada y sin descalificaciones. Ciudadanos representa la ilusión y la renovación. Votar a Ciudadanos no es votar para que no salga el otro, el rival o el contrario. Votar Ciudadanos, ahora, puede ser una útil y gran inversión.

Esperanza y futuro no debería ser terminología solo apta para ser utilizada en campaña electoral. Tenemos que votar con ilusión a sabiendas de que ningún partido representa el 100% de las aspiraciones individuales. Pero, eso sí, debemos ser conscientes de que nuestro voto no debe ser cautivo y si nuestros representantes nos fallan, no volverán a contar con nuestro apoyo ni con nuestra confianza. Ahora tenemos la oportunidad de no resignarnos y de volver a ilusionarnos. Sin olvidar que, para cambiar la Política, hay que cambiar de políticos.

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Georgina Martorell es simpatizante de Ciutadans Sant Cugat

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