Pues yo os quisiera pedir encarecidamente que valoremos con pudor y franqueza, lo que nuestra sociedad ha construido, haciendo que lo que nos une y nos fortalece sea mayor que lo que nos separa y nos debilita y apartémonos especialmente, de todo lo que pretenda marcar, desigualar o impugnar al otro.
Por eso cuando se levantan tabiques vehementes, o se promueven segmentaciones, algo muy recóndito se quiebra en nosotros mismos, en nuestro propio ser y en nuestros corazones
¡Que nadie construya murallones con nuestros sentimientos!
Las divisiones, nunca hacen glorifica a un pueblo, solo lo arruinan y lo sitian. Evitemos las fracturas sociales que tanto daño hace a las personas, a los afectos, a las amistades y a las familias o las relaciones entre ciudadanos.
En toda sociedad democrática moderna como la nuestra, la defensa de la legalidad y los principios constitucionales, es la garantía de los derechos y de los ciudadanos. Por tanto debemos ser los españoles y especialmente los catalanes los que preservemos esa convivencia que vigoriza y ennoblece nuestra vida colectiva. Sigamos construyendo Cataluña y España convencidos y muy conscientes de que una nación europea y con raíces milenarias como la nuestra, seguirá unida hacia un futuro de mayor armonía con la sobriedad, el respeto y el orgullo que supone nuestra historia y nuestra memoria.
Me llevo las manos a la cabeza cada que por fortuna o por desgracia, se me ocurre poner las noticias, y a estas las veo con cierto escepticismo al ver la cámara parlamentaria, que más que eso parece un “circo parlamentario” que lo encabeza unos chanceros de los de armas tomar.
En la última comparecencia “voluntaria” del que en teoría ha de ser nuestro ‘molt honorable President’ durante los próximos años, quién sabe si un año, año y medio o tal vez si lo cogemos de buen humor sean dos. Y después a gastarse 50 millones de euros en convocar nuevamente elecciones, dando a conocer la inestabilidad política del Govern que lo encabeza.
A mi entender parecía que en vez de ser él el que diese explicaciones sobre la involucración de su partido en la adjudicación de obras públicas a cambio de “supuestas” mordidas de un 3% sobre la cesión, tuvieran que ser el resto de grupos parlamentarios los que debieren pedir perdón o dar explicaciones.
No entiendo la satisfacción casi desorbitante de hoy, y reclamo mi derecho a no sentirla frente a los que cuando no compartes su punto de vista, te acusan de ir en contra de los intereses de la mayoría, o lo que es peor, ser antidemocrático y de tener fobia de tus raíces.
Pues le quisiera decir al muy honorable President en funciones que las entrañas de su partido, del cual él es el presidente (CDC) despide un olor a sospechas de corrupción, chanchullos y por qué no decirlo a cadáveres políticos, al que le convendría que avisasen a la funeraria a hacerse cargo de estos.
Estimado lector quisiera compartir contigo una preocupación que me aturde de manera asombrosa… ¿Debería preocuparme cuándo a diario salen escarnios públicos y ya me dejé de sorprender?
En mi opinión creo que el señor President se cree la Libertad guiando al Pueblo, de Delacroix, enarbolando la Estelada como si escondiéndose detrás suyo pudiese librarse del peso de la justicia y de la ley de la cuál le insto enérgicamente que sea muy consciente que va a soportar el peso de las mismas.
Quisiera citar una célebre frase de Otto von Bismark: «Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido. El día que deje de intentarlo, volverá a ser la vanguardia del mundo.»
Ambicionara decir en última instancia, ¡Dios salve Cataluña!
Javier Paulo Rodríguez es miembro de la Agrupación de C’s Sant Cugat
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