Todos los partidos representados en el consistorio del Ayuntamiento de Sant Cugat pretendemos caminar hacia una movilidad más sostenible con el medio ambiente. Sin embargo, diferimos sustancialmente en como conseguir este propósito.
Todo esto viene a colación de la entrada en vigor hace unos meses de la zona de bajas emisiones (ZBE) en nuestro municipio y su vertiente sancionadora que será ya de aplicación este noviembre. Una zona de bajas emisiones, la que nos va a regir, que ha sido impuesta de forma unilateral por parte del equipo de gobierno, sin contar ni con los vecinos ni con los partidos de la oposición.
Son varios los motivos que nos hacen tener una visión distinta acerca de como se tendría que haber gestionado la puesta en marcha de esta ZBE. En primer lugar, creeríamos que deberíamos haber pospuesto su entrada en vigor un año, dando tiempo a los vecinos y sobre todo a la ciudad a crear un entorno favorable para que nadie saliera perjudicado.
En segundo lugar, son muchos los factores que hacen deficiente la ZBE que ha puesto en marcha el tripartito. Me explico: una ZBE debe suponer (así lo especifica el Real Decreto que regula su funcionamiento y las directrices pertinentes) una mejora del transporte público. ¿En qué ha mejorado el transporte público en Sant Cugat en los últimos años? En nada. ¿Qué alternativas tienen los vecinos que sí o sí tendrán que coger un vehículo antiguo forzosamente para ir al centro? Ninguna.
En tercer lugar, se está obviando también que la puesta en marcha de esta zona debe de venir acompañada de medidas que permitan a los ciudadanos incentivar el cambio del vehículo de gasolina por uno eléctrico. Más allá de ayudas directas, los mismos documentos que definen como debe crearse una ZBE estipulan claramente que se deben potenciar los puntos de carga en la vía pública. Cosa que este ayuntamiento, evidentemente, no ha hecho.
En cuarto y último lugar, además de favorecer el uso de la bicicleta es fundamental también el luchar por una ciudad donde se pueda caminar a pie, y que este derecho puedan ejercerlo todos los vecinos, especialmente aquellos que tienen una movilidad reducida. Es decir, mejorar de forma fehaciente la accesibilidad. Por desgracia, a día de hoy, seguimos teniendo una ciudad con quilómetros de aceras impracticables, donde circular (por ejemplo) con silla eléctrica o un carrito parece una carrera de obstáculos.
Ya lo dice el dicho: “vísteme despacio, que tengo prisa”. Es decir, mejor hubiera sido posponer la ZBE un año. Habríamos gestionado mejor la movilidad y nos habríamos ahorrado un montón de conflictos que, a buen seguro y coincidiendo con el inicio de las sanciones, tendremos que abordar.
Sergio Blázquez (@SergioBlazquezA) es regidor del Grupo Municipal de Cs en Sant Cugat