Hace unos días se reunió la mesa de trabajo de Seguridad Ciudadana del Consell de Barri de Mirasol. Una mesa que periódicamente convoca el equipo de gobierno para tratar, junto a los responsables de los Mossos y de la policía local, los temas relativos a la seguridad ciudadana y para atender las quejas e inquietudes de los vecinos de Mirasol.

Las principales quejas y problemáticas en las que hicieron énfasis los vecinos fueron las mismas que sistemáticamente se plantean en esta mesa de trabajo. 

En primer lugar, la sensación de temor e inseguridad ciudadana y la falta de presencia policial en las calles. En segundo lugar, la problemática de la ocupación de viviendas y los problemas derivados de la misma. En tercer lugar, el malestar por los botellones y los actos de incivismo e inseguridad que generan y, por último, la escasa iluminación de las calles y aceras como factor que acentúa la sensación de inseguridad en las calles.

La respuesta dada a estas problemáticas fue, lo que se dice coloquialmente “tirar balones fuera”. 

Que, si la percepción de inseguridad es una opinión subjetiva “alimentada” por el alarmismo que facilitan las redes sociales y que los datos estadísticos, muestran lo contrario; que el que no se vea policía en realidad responde a que actúan como “patrullas de paisano” …; que para impedir la actuación de los okupas se requiere una mayor cooperación ciudadana vigilando, denunciando y avisando de presencias no habituales en el barrio. 

O que la inacción ante los botellones incívicos es la falta de cobertura legal o la mención a una “legislación europea” que obliga a un descenso en la iluminación de las calles y que por ello las nuevas farolas instaladas en varias zonas de Mirasol alumbran menos que las anteriores. 

Puede que a algunos estas respuestas les parezcan bien, pero la verdad es que no es para quedarse tranquilo, ni mucho menos y que lo que hacen es intentar distraer de la realidad y que es la falta de voluntad política para acometer estos problemas.

Valga como ejemplo, que para dotar de una cobertura legal a la policía ante el problema de los botellones sería suficiente con aprobar una ordenanza municipal que regulase el consumo de alcohol en espacios públicos y que esto simplemente requiere la voluntad política del equipo de gobierno de desarrollarla.

Los vecinos están cansados de excusas, cansados de tener que cargar con el peso y el coste de la seguridad, de tener que contratar alarmas privadas, de tener que reforzar la iluminación de los portales, de tener que estar pendientes de las alertas de los grupos de WhatsApp de seguridad y están preocupados por la perspectiva de que a medida que se retoma la normalidad después de la #Covid19 estos problemas se acentúen todavía más. 

Unos problemas que además crecen en paralelo a medida que lo hace el barrio de Mirasol, y que plantean un futuro inquietante. No olvidemos que Mirasol, por su proximidad a importantes vías de comunicación, es especialmente sensible a la acción de los delincuentes. 

En Ciutadans Sant Cugat sabemos que sin seguridad no hay libertad, por eso, la seguridad de nuestro municipio, de sus calles y de nuestros vecinos es esencial y es nuestra prioridad.

Por eso vamos a seguir trabajando e insistiendo para que se adopten medidas reales y efectivas que contribuyan a mejorar la seguridad de forma efectiva de los vecinos de Mirasol y de todos los vecinos de Sant Cugat.

José Miguel García (@DGarcia_MJ), es vocal de Cs en la EMD de Valldoreix