Acerca de la libertad de expresión, el uso de la violencia y la actuación de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, de lo cual han corrido ríos de tinta estos últimos días, sorprende el doble rasero que han empleado algunos partidos políticos catalanes a la hora de juzgar los actos que han tenido lugar en Barcelona respecto, por ejemplo, los que tuvieron lugar en las manifestaciones que dieron lugar al asalto al Capitolio en Washington. 

Para ser más concreto me refiero a los partidos independentistas: CUP, Esquerra y Junts. Si el asalto del Capitolio merecía todo tipo de reproches por su parte y una condena enérgica y sin paliativos no ha sido la misma su actitud ante los actos de violencia vividos en las calles de Barcelona y protagonizados mayoritariamente por jóvenes. En lugar de ello, y por desgracia, se han dedicado a poner el acento en criticar la actuación de los Mossos de Esquadra o a atacar a la democracia española. 

Una actuación de los Mossos que, y esto es lo más paradójico, viene amparada por una forma de actuar y unos protocolos que sobre todo Esquerra y Junts establecieron en la última legislatura en el Parlament de Catalunya. Difícilmente, por lo tanto, se puede ser más cínico. 

Como miembro y representante de Ciutadans quisiera poner en valor lo que, a mi juicio, debería resultar obvio. En primer lugar, que la violencia siempre es condenable. Absolutamente siempre y se ejerza en nombre de cualquier tipo de ideología. La condena de la violencia por lo tanto es un valor cívico en sí mismo.

En segundo lugar, que si las leyes que regulan la libertad de expresión no se consideran que sean las adecuadas basta con acudir al Parlamento y reformar dicha ley si existiera una mayoría suficiente para ello. 

En tercer y último lugar defender tanto a los jueces como a las fuerzas policiales. Los primeros no hacen sino aplicar la ley según el legislador ha especificado. No aplicar la ley supondría prevaricar, por una parte, y de facto no obedecer la voluntad del pueblo que ha votado a unos representantes políticos que a la postre han sido los legisladores. Los segundos, y aquí me refiero en el caso de Catalunya a los Mossos de Esquadra, creo que es de recibo aplaudir su comportamiento y exigir a sus mandos políticos que no los pongan en el ojo del huracán constantemente. Ni es justo ni se lo merecen.  

Sergio Blázquez (@SergioBlazquezA) es regidor del Grupo Municipal de Cs en Sant Cugat