Existe una cierta tendencia de los poderes públicos a invadir esferas de lo privado. Nos referimos en concreto a la creación de una Agencia Espacial Catalana, así, con mayúsculas, y que obedece a ese afán de sustitución del necesario impulso privado por una nueva Agencia dependiente del Govern de la Generalitat. Mucho nos tememos que ese nuevo ente público sólo servirá, de nuevo, para colocar a más amiguetes del “procés”.

Como bien es sabido, contamos con los cargos políticos mejor pagados, empezando por unos presidentes de la Generalitat que, en activo, cobran 153.235€. Esto los convierte en los mejor pagados de toda España, y además, pasados cuatro años tras dejar el cargo, pasan a cobrar 122.400€ y, a partir de cumplir los 65 años, una jubilación dorada de nada menos que 91.800€. 

La no existencia de limitaciones, algo que sí ocurre en el ámbito local, permite que se produzcan estos auténticos sinsentidos.

Pero no sólo es el sueldo del presidente de la Generalitat, es el de toda la cúpula de la administración; consellers con sueldos anuales de 115.452€, altos cargos con sueldos, incluso superiores, por 117.452€… y así hasta más de 20 altos cargos de la administración catalana.

No resulta extraño, por lo tanto, ver esa insistencia en crear Agencias, Organismos y Empresas públicas, pues todas ellas han de tener su correspondiente cuadro de altos cargos a los que se les paga muy por encima de los precios de mercado, dadas las actuales circunstancias de crisis.

Nuestra economía cada vez se está convirtiendo más en una economía dependiente del sector público, una economía sostenida por subvenciones y que coartan la libre competencia y dificultan la competitividad de nuestras empresas.

Probablemente, la idea de que se puedan lanzar satélites parezca ser innovadora y creativa, pero lo que criticamos es que, en lugar de favorecer la iniciativa privada, creando las sinergias necesarias para que las empresas puedan desarrollar sus proyectos sin trabas administrativas y con el soporte necesario de las instituciones, se pretenda crear otra agencia más regada convenientemente con dinero público. Y, todo ello, bajo la premisa de que se está democratizando el espacio gracias a la intervención de nuestra comunidad autónoma.

Son los delirios de grandeza de determinados personajes y su afán de intervención en la economía lo que nos debería mantener en alerta sobre el verdadero objetivo de sus intenciones.

En comisión parlamentaria ya se pidió al Sr. Puigneró que dimitiera por haber utilizado la vía de la emergencia para contratar a dedo importantes contratos de la Generalitat, como software para renovar licencias por más de 12 millones de euros o para desarrollar el nuevo impuesto sobre el CO2 por 2.200.000€.

Son estas actitudes las que nos hacen desconfiar de los verdaderos motivos por los que, en plena pandemia, alguien trate de vender que utilizar 18.000.000€ en un proyecto espacial sea un proyecto “modesto” y que no sea, en realidad, otro más de esos sumideros por los que se va el dinero público. Especialmente, cuando ese dinero público es más necesario que nunca para actuaciones urgentes y necesarias para paliar los efectos negativos que está sufriendo nuestra economía con motivo de la pandemia.

Martí Pachamé (@PachameB) és membre de l’agrupació de Ciutadans (Cs) Sant Cugat