“Hay que ser valiente para sentir dolor”, escuché una vez a una persona anciana es decir, sabia. Nada que objetar y mucho que pensar. En el pleno de ayer Ciudadanos presentó una moción que se aprobó sólo con los votos a favor de CiU; en este Consistorio catorce regidores han sido valientes, los demás, simplemente se han puesto de lado.

La moción intentaba traer a debate en el municipio medidas para fomentar el apoyo al duelo, es decir, nos poníamos a hablar de la muerte, pero la que toca a Sant Cugat. No de un muerto vestido de azul o rojo en una guerra del siglo XX o de un muerto en una foto digital que puedes ver en el móvil mientras te tomas una cerveza.
Nos poníamos a debatir el colgar en la web municipal enlaces para que alguien algún día pueda, en su búsqueda en Google “duelo” encontrar un equipo, un Grupo de Ayuda Mutua (GAM), un lugar al que acudir porque le ahoga la pena y cree que molesta a sus amigos si habla de ello o porque ha venido a vivir a este magnífico lugar y en su país estas medidas son tan populares que las encuentras a través de los servicios de la ciudad igual que el listado de las farmacias. Queríamos facilitar la información de aquellos entes o grupos que de manera universal y gratuita aceptan que una persona que se enfrenta a un duelo vaya, hable, consulte y decida si le compensa volver a la siguiente sesión. Planteábamos que si, llegado el caso un GAM tiene tanto recorrido que se necesita algún apoyo más desde el ayuntamiento, sea estudiado y soportado conforme a unos criterios consensuados.

Una de las cosas más sorprendentes que se descubre cuando estudias sobre este tema es que estos métodos ayudan a los que han perdido al amor de sus vidas a no sentirse rechazados. Increíble pero cierto: es un sentimiento que las personas a las que azota la pérdida, manifiestan en nuestra sociedad; sobre todo cuando la muerte llega imprevista en el sentido absoluto del término. Esa muerte que no toca, esa que azota vidas cuando menos se la espera, la de niños, bebés, jóvenes listos, guapos y sanos. Los que quedan, padres, hermanos, parejas sienten muchas veces, cuando todos los demás estamos en nuestros mundos aparentemente perfectos, que los demás no queremos que nos cuenten penas.

En pleno de ayer de Sant Cugat algunos nos hemos acordado de los muertos sin miedo y con ello hemos logrado con algo sencillo y muy barato para las arcas municipales, algo bueno: informar a las personas que padecen el duelo que más allá de su familia, amigos, compañeros y conocidos hay otros lugares, si lo necesitan, donde les esperan personas que han pasado por lo mismo. Hemos conseguido divulgar un poquito de modernidad y un poquito de corazón. Una buena mezcla.

Munia Fernández-Jordán (@muniafj), es concejal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Sant Cugat

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